martes, 14 de septiembre de 2010

Algo que me quedò en la cabeza

Se ha discutido mucho en torno a la cultura de masas, a la cultura superior, al a alta, media o baja cultura, a la inferior y superior, en fin a tantas concepciones sobre ella que en resumen vale la pena considerar que la cultura como tal es el conjunto de relaciones que crean los individuos, bien sea para compartir una experiencia o para entender el mundo que nos rodea. Ante un hecho concreto como la cultura de masas hay que asumir una posición abierta, no pararnos en una actitud exagerada pero tampoco ser absolutamente condescendientes. Esta discusión me hace recordar al pop art, surgido en Estados Unidos e Inglaterra. Criticado en su momento por representar elementos vacuos y simples, este movimiento artístico retomo elementos cotidianos con el ánimo de hacer una crítica a la sociedad de consumo y como esta ha construido un imaginario y una concepción del mundo a partir de elementos como la publicidad y la masificación. Vemos como el arte, considerado parte de lo bello y sublime, se vale de elementos que se alejan de ese orden, para crear una manifestación estética cuestionando nuestra forma de consumir y la actitud que asumimos ante un icono.



No se trata de pararnos en una sola definición y defenderla como algo inquebrantable, es reconocer al otro como parte de la cultura, que tiene unas necesidades expresivas, una forma de ver el mundo, una sensibilidad y un dialogo con todo lo que lo rodea. La cultura de masas como tal es una realidad innegable y eso lo confirmamos día a día con el exagerado flujo de información. Podemos asumir una actitud crítica frente a ella evitando una alienación del pensamiento y una sola postura ante el mundo, pero también podemos reconocer el alcance que esta y los medios tienen para difundir las ideas, conocer el pensamiento del otro que lo hace tan particular y estar en contacto con otras expresiones que hacen de la cultura una construcción diversa.

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