
Me quedo sonando en la cabeza la idea de cómo un aparato puede tumbar o poner un gobierno y generar el caos, parecido al que le da a un actor que sufre de ataques de pánico escénico antes de abrirse un telón, hasta unir la sociedad en nobles causas como aquellos teletones con su altruismo desbordante. Pero es en última instancia el televidente, bien sea de clase media, alta o baja, el que moldea su accionar.
Porque seamos honestos ¿acaso una pantalla de plasma o un televisor de perilla, puesto sobre una mesita de centro adornado con carpetas tejidas multicolores y tiernas porcelanas, podrá salir a la calle y direccionar enardecido un conglomerado de personas?
Nosotros le dimos tales atribuciones, nosotros somos, en última instancia, los que dinamizamos o retrocedemos procesos. No todos se conmoverán a moco tendido cuando María Joaquina le confiesa a José Eduardo que espera un hijo suyo y para colmo de males acaba de descubrir que son hermanos. No todos gritaran gol o insultaran al árbitro y al comentarista que trata de ser un jugador estratega, aunque confieso que a veces lo hago como buen y oportuno hincha. Algunos seguirán al pie de la letra el horóscopo o los desafortunados pronósticos del clima, habrá alguna que se compre el mismo jean que luce la despampanante presentadora mientras otros consideran que es un crimen a la moda.
Darle categorías de bueno o malo a una roja y apetitosa manzana hasta un club de karaoke ha sido una constante de la humanidad. Pero es ella, en última instancia, quien escoge y le da trascendencia a tales contenidos.es también la que interpreta o asimila el mensaje según su contexto y demás preceptos.
Podemos ver a la misma despampanante presentadora involucrada en tremendo culebrón. La mayoría optara por el facilismo de la doble moral condenándola al tribunal tele- inquisidor. Otros, menos alarmados, consideraran que estaba gozando la vida como cualquier mortal. Así, que mas allá de señalar, es replantear nuestro rol como televidentes. Queda el camino para escoger y esa capacidad de plantear opciones (¿Qué veo?, ¿Por qué lo veo?, etcétera, etcétera) ya es un ejercicio de autocritica.
(todos tenemos una sobredosis de t.v. Y sino que lo diga soda stereo, aca va esta gran cancion:
http://www.youtube.com/watch?v=Mn3EZLgNZj0
"apagalo, enciendelo, no puedo seguir asi, oh no!")
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