
Mujer Leyendo. Fernando Botero
La relación entre Autor – Texto- Lector es vital para comprender el acto de leer. Y sin duda alguna un factor que influye en ella es el contexto. El autor tiene unas necesidades, un contexto histórico y social que de alguna u otra forma determinan la creación de su texto. El lector también tiene unos intereses y al acudir al texto le da vida.
El texto es el medio por el cual autor y lector se unen creando un dialogo. Sin importar el tiempo que los separa adquiere trascendencia porque se mantiene vivo su mensaje.
Como la lectura es un dialogo, se necesitan formular algunas metodologías para comprender el texto o tener una experiencia mas vivencial y cercana con él. Algunos autores han diseñado muchas formas de enfrentarse ante un texto, pero todas llegan a una conclusión, que incluso comparten; ser reflexivos y críticos con lo que se está leyendo.
Tales facultades están presentes desde en tener un propósito claro hasta releer dos o tres veces y escribir las impresiones adquiridas sobre el texto. Hay que dejar a un lado la vieja idea de que leer es memorizar, muy presente en nuestras prácticas de enseñanza. Con semejante condicionamiento la lectura se hace difícil “mamona” como diría uno acosado ante presentar un típico informe de lectura.

Vincent Van Gogh. La arlesiana, Madame Ginoux con libros.1888
“El texto es perezoso”. Y siendo realistas la afirmación es cierta. Cuando se lee algo hay que despertar la sensibilidad y la curiosidad. Es como si fuéramos un afamado detective y no nos conformáramos con cualquier evidencia. Hay que ser minuciosos, volviendo al ejemplo del detective, para resolver con éxito semejante misterio. Si un concepto no queda claro, si una idea no cumple con algunas expectativas. Hay que salir del texto y buscar afuera o adentro de nosotros mismos aquello que ayude a resolver o alimente más nuestras dudas.
Una metodología de lectura puede ser mantener la capacidad de asombro y tener siempre presentes las preguntas, teniendo como premisa que la lectura es una conversación que se enriquece cada segundo cuando tenemos un libro en las manos, escuchamos música, vemos una película o tenemos una obra de arte ante nuestros ojos. La lectura es, por decirlo así, una confesión y no un diálogo de sordos.
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